Filosofía medieval

(Intro) Oh, qué tiempos aquellos, del saber medieval, donde la fe y la razón bailaban un vals fatal. Prepárense, damas y caballeros, para un swing filosófico de ideas y cervezas. ¡Vamos allá! (Verso 1) Primero llega Anselmo, con su gran deducción, dijo: "Si Dios es perfecto, pues claro, ¡debe ser real!" Un truco ontológico, ¡un golpe magistral! Aunque algunos lo escucharon y dijeron: "Eso suena irreal…" (Coro) Es el swing del medievo, ¡la razón y la fe! Donde Dios se presenta como una verdad cliché. Entre pócimas, monarcas y visiones de placer, el jazz medieval te invita a entender... ¡o tal vez no entender! (Verso 2) Luego llega Agustín, con su aire celestial, "Dios nos sopla las ideas, ¿no es fenomenal?" Y si el mal te confunde, no te vayas a alarmar, es solo ausencia de Dios... ¡como el vino sin catar! (Puente) (Oh, sí, dame más fe en esa copa dorada, que la lógica divina siempre queda demostrada.) (Verso 3) Tomás de Aquino entra, elegante, sin dudar, "Dios es necesario, y tú... ¡contingente sin lugar!" La justicia divina guía al rey y al mendigar, aunque a veces parezca... ¡que nadie sabe gobernar! (Coro) Es el swing del medievo, ¡la razón y la fe! Donde Dios se presenta como una verdad cliché. Entre pócimas, monarcas y visiones de placer, el jazz medieval te invita a entender... ¡o tal vez no entender! (Verso 4) Y Hildegarda, la diva, con sus visiones sin par, mezcla ciencia y alquimia, ¡y cerveza para brindar! Con pócimas y cantos, su mente va a estallar, ¡Una santa del swing, adelantada a su lugar! (Coda) Así es nuestra historia, entre fe y diversión, los filósofos del medievo hicieron su aportación. ¿Eran sabios o locos? Esa es la cuestión… Pero su swing nos queda como gran lección. (Outro) Oh sí, baby, un brindis por Hildegarda, por Tomás, Agustín, y Anselmo el de la celada. Que la fe y la lógica sigan bailando en el jazz, y mientras tanto, ¡otra ronda de cerveza, quizás!